viernes, 14 de marzo de 2008

Misma habitación.


Es miércoles por la noche y acabo de despedirme de Pamela. Hoy estuvo casi todo el día conmigo y, entre las conversaciones que tuvimos, hablamos del blog. Le comenté que algunas personas -los pocos que leen Modo borrador mejor dicho- me habían preguntado por qué aun no he publicado ninguna pachotada en la página denominada por el común denominador del populorum veinteañero como “la cagada”. Tengo claro que a muchos ni les importará un pepinillo hamburguesero el porque de mi impedimento de escribir uno de esos escritos de badulaque que suelo hacer. Pero, con un poco de inocencia, guardo la esperanza de tener por lo menos cuatro fieles lectores que dejen comentarios con ciertas dosis de humor o insultándome cual juicio popular.

La razón de mi especial demora es que estuve internado en la clínica San Pablo hasta hoy miércoles al mediodía. Victima de un ligero y poco conocido vértigo postural. En castellano: por situaciones de postura y quizás algo de tensión, mi cerebro no recibe la cantidad suficiente de sangre y eso me causa unos mareos y dolores de cabeza algo intensos. Suena fuerte y hasta importantísimo pero no lo es. Los que me conocen hace varios años saben que ocasionalmente estoy con estos malestares y no llegan a más.

Todo comenzó apenas desperté hace unos días con un poco de dolor en el pecho. Tenía que hacer mi rutina de todos los días con ciertas variantes en la mañana. Antes de ir a la radio, tenía que pasar por el banco continental a realizar algún trámite de esos que son simples y rápidos. En el camino me sentí ligeramente mareado y la respiración se me hacia pesada. Hice el papeleo en el banco y ya estaba con bastante malestar. Me encontraba en Camacho y menos mal que no estaba manejando. Llamé a mi padre y no entraba la llamada. Lo mismo pasó cuando marqué el número de celular de mi madre. No puedo negar que me asusté un poco y me puse algo nervioso. Hice lo más fácil según yo. Levanté mi brazo derecho y paré un taxi amarillo. Me llevó a la clínica San Pablo y durante el camino me iba preguntando si estaba bien. Me daba una suerte de aliento deportivo diciéndome: “ya estamos por llegar joven, tranquilo”. No creo que el señor taxista lea el blog pero de todos modos debo agradecerle bastante por su ayuda y su trato que, en mi opinión, fue muy humano. Llegué, bajé a emergencias y me contestó mi madre. Le conté que no me sentía bien. Me dijo que iba en seguida y que no me preocupara.

No puedo mentir contando exactamente lo que pasó en emergencias. No recuerdo varias cosas. Obviamente recuerdo que me preguntaban sobre algunos síntomas y trataban de saber exactamente que es lo que tenía. Por mi larga historia clínica deducían que quizás era una de mis, poco frecuentes, crisis asmáticas. No soy de aquellos que al correr tres metros tiene que usar el bendito –o maldito- aerosol broncodilatador para poder seguir viviendo. Soy un asmático casi retirado, un jubilado en ese rubro. Entonces si no era un incomodo broncoespasmo, qué rayos era. Posiblemente el vértigo este que siempre me juega malas pasadas desde hace algún tiempo.

El médico recomendó que me quedara en observación. Yo, sinceramente, no quería. Escuchaba que mis padres me decían que de todas maneras me tenía que quedar internado en la clínica. Maldije por unos segundos a mis síntomas, pero por otro lado agradecí el estar en compañía y con medicación para mis males.
Dos enfermeras las cuales, para mi mala suerte, no vestían aquellas falditas blancas y blusitas apretaditas, sino unos pantalones azules y una blusa que parecía camisa de fuerza, quitaron el seguro de la camilla y me llevaron hasta mi habitación. En el ascensor conversaban sobre que número de cuarto es el que me habían asignado. Y una de ellas responde que era el 229. Yo, algo sedado, recordaba ese número. Lo había escuchado antes. Claro, que coincidencia para atípica. En ese mismo cuarto estuvo Pamela internada cuando tuvo aquel problema neurológico.

Ese mismo día Pame llegó y con algo de sorpresa me dijo: Yo he estado en esta misma habitación. Le respondí que sí, sí me había dado cuenta. Conversamos un poco ya que yo seguía con los estragos del Gravol intravenoso. Por lo que me cuenta mi querida enamorada, me encontró con la mirada perdida y que le hice una misma pregunta cuatro veces. Se preocupó bastante. Ahora ya ni caso me hace.

Los siguientes días en la clínica fueron poco interesantes. Cada cierto intervalo de horas venía alguna enfermera a ponerme un líquido transparente más en la vía que tenia incrustada en mi mano izquierda. No tenía ganas de ver televisión y la luz me jodía demasiado. Venía mi neurólogo quien, por suerte, es amigo de mis padres y era un trato súper cordial y ameno el que teníamos. El médico internista también daba su vuelta por el segundo piso de la clínica para ver al pesado y malhumorado paciente de la 229 y derivarlo a psiquiatría.

Me pareció peculiar la coincidencia de la habitación. Me pareció una experiencia no tan agradable el tener un mareo y sentirse mal en plena Javier Prado. Me pareció genial que un par de personas que no conozco me desearan pronta mejoría. Me pareció genial que la tomografía saliera negativa y que ahora este bien y dispuesto a seguir con este embarazoso espacio cibernético.

8 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Por fin !! q feito lo t paso. a bueno q aora si stes bien. y q coincidencia lo del cuarto con tu enamorada jajaja. segur debe haber sido extraño! besitooooossss

14 de marzo de 2008, 0:37  
Blogger Cesar Melgar. ha dicho...

[RESPUESTA]: Gracias por tus buenos deseos en el post anterior. Como que ya es un poco tarde para andar husmeando en páginas poco decentes como esta. Un beso y gracias por comentar.

14 de marzo de 2008, 0:44  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Asu brother q coincidencia en serio, t debes haber sorprendido. por otro lado, postea mas seguido q no tengo q hacer nada en mi disque trabajo...hablaos

14 de marzo de 2008, 7:59  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Aclaración: problema neurológico pero no de locura... aunq no toy 100% cgura d eso :D. Ya hay q quitarnos la costumbre d las clinicas mejor! besototes te amo.

14 de marzo de 2008, 12:14  
Blogger Bono ha dicho...

bro!!! q fue!!! hace como 2 dias guti me contó, estabamos saliendo de armonia ps, y le dije a guti para ir a joderte donde casas!, pero el me conto lo de tu cabeza!, take tb pes! kien no se pone mal en javier prado, imaginate si hubieras estao por abancay por ahi!, Fallecias webon!! q bueno q ya estes mejor, blaos en la orson!
SALUD...os!

14 de marzo de 2008, 19:40  
Blogger Cesar Melgar. ha dicho...

[RESPUESTA]:Asi pasa cuando sucede. Si me agarraba en otra avenida algo mas caótica, creo la cosa sería distinta. Saludos y gracias por comentar chino.

15 de marzo de 2008, 8:07  
Anonymous Anónimo ha dicho...

A psiquiatria? que paso? tienes problemas de locura o algo asi!? al menos por lo q escribes pareciera q si!

15 de marzo de 2008, 8:14  
Blogger Cesar Melgar. ha dicho...

[RESPUESTA]:Hola Tú misma. No, al menos no me han detectado algún problema de esa índole. Estaba siendo un tanto comiquillo. Creo que no soy bueno para eso. Un beso y gracias por comentar.

15 de marzo de 2008, 8:18  

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