miércoles, 26 de diciembre de 2007

Cartas con uniforme escolar.


Yo aún estoy desorientado sobre algunas cosas que hice en mi corta pero pretérita vida sentimental (aunque si fue o no sentimental, aún está en evaluación). Estoy seguro que algunas las hice con la premura de mi edad y otras pues con una adolescente, quinceañera y larga meditación de cuatro minutos y medio. He confesado mi amor a ciertas jóvenes, las cuales me respondieron con un movimiento craneal de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. Para entender mejor, me respondieron con un NO. He escrito cartas amorosas, intuyendo que lo que escribía en ellas iba a ser del agrado femenino, cuando en realidad causaba risas y desmayos de comicidad. He bailado canciones de grupos brasileños, las cuales en sus coreografías incluían indecentes movimientos de caderas y agotadoras agitaciones de brazos. Todo esto lo hice cuando vestía uniforme escolar y cuando aún me peinaba.

Las cartas escritas a enamoradas, resultaban ser el hecho más palpable de una pobre iniciación literaria. Muy digna de película gringa, melosa y melcochona, que en algún momento he visto (para colmo he visto varias y se que las seguiré viendo). Quizás necesitaba desfogar mis sentimientos mediante una hoja y un lapicero azul, no lo sé. Creo que mi comportamiento frente a las situaciones del manoseadísimo corazón, no era para nada estoico. Al contrario, pienso que era susceptible.

Admito que cuando recibía cartas escritas por alguna chica, la cual tenía mi corazón apretujado en su cartuchera de Hello Kitty o metido entre los panes de la lonchera, pues era el ser mas alegre del mundo. Era el príncipe azul del cuento de hadas de una quinceañera que, con gran imaginación me escribía párrafos afectuosos con cinco distintos colores de lapicero. Cada uno con distinto aroma. Confieso que, en cierta ocasión, la mezcla de olores me causo una ligera nausea. Pero estas cosas se iban drenando cuando comenzaba a leer la cartita esta. Mis ojos, aquellos que parecen dos rayas horizontales, se abrían considerablemente para deleitarme con dichas palabras.

Ya leyendo las primeras frases, me daba cuenta que era una envolvente. Te amo porque eres así, te quiero porque eres así, me ayudas mucho y nunca me quiero separar de ti, te extraño cada minuto y no puedo vivir sin ti. Bla, bla, bla y más bla. Con suerte encontraba un solo párrafo de tan empalagosa carta. Parte de mi tradición antes de abrir una de estas, era pedirle a Sarita Colonia que por favor, solo me escriban unas líneas. Pero la posibilidad que la Sarita me conceda mi milagrito, era casi igual a la posibilidad que tiene actualmente el “chorri” Palacios para jugar por el Real Madrid. Usualmente me encontraba con reales evangelios del amor quinceañero. Manuscritos que abarcaban tres o cuatro páginas. Escrito con letras chiquitas, solo entendibles con una lupa o microscopio profesional. Con corazones dibujados con crayones a los lados, cumpliendo una función de marco. Pero estas cosas, a la hora de leerla, se iban al carajo. Me soplaba la hermosa e ingeniosa prosa de mi Dulcinea versión teenager. Abobado, ahuevado, atontado y atarantado, sonreía con brillo en los ojos. La doblaba y la guardaba en el bolsillo de mi camisa.

Como era de esperar, como era ley. Tenía que haber una respuesta. Esa cariñosa declaración de amor juvenil no podía quedarse sin una respuesta. Volteaba mi cuaderno Minerva, Justus o Loro y escribía en la última página. Escribía una envolvente tan o más empalagosa que la de mi amada. Porque si no decía la misma cantidad de veces “te amo” no la quería lo suficiente. Y eso significaba pecado mortal. Quizás me dejaba de dar la mano por un día. O peor aún, su nickname del Messenger en el que decía que me amaba, iba a ser borrado en un dos por tres. No creo que hubiese podido vivir con eso. Es por eso que me esforzaba sacando lo mejor de mi dialecto mocoso y pilluelo. Y escribía el “te amo” con otro tipo de letra. Y bueno, escribía con letra dibujada, aquella que no pongo ni en exámenes.

Yo he mandado varias cartas. Algunas así como las describí, otras peores. Supongo que tenía que seguir con esta corriente literaria, o mejor dicho pertenecía a esta corriente literaria. Es que entre todos los estilos de escritores, creo que este estilo de amores petizos, es digno de ser nominado al premio Nobel de la literatura. Es tan simple y complejo a la vez. Es tan finamente chistoso. Es tan creíble y convincente que, ahora con casi veintiún años, creo que mi saldo y mi paso por esas experiencias, fueron positivos. No me quejo, solo hago parodias sobre los que fue mi vida sentimental pasada. Aunque como dije, si fue o no sentimental, aún está en evaluación.
Mikel Erentxun y sus desgarradoras cartas de amor.
Carta de un mocoso enamorado. Con esa carta, creo que la hace linda.

10 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

S.Amio! me gusto tu post, en evrdad me hizo recordar esos tiempoes en el q yo tb le escribia a mi ex, ahora me rio del tema, como dics era escribir varias veces Te Amo, y contarle cosas q cuando lo veias las repetias!!cosas d adolecnts q en su epok fueron bonitas y ahora solo son recuerdos de esos tiempos!

26 de diciembre de 2007, 23:11  
Blogger Cesar Melgar. ha dicho...

[RESPUESTA]: Pues si Vilma, yo también recordé algunos escritos colegiales. Y porque no, amistades colegiales. Saludos y gracias por comentar.

26 de diciembre de 2007, 23:27  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola m pasaron el link y me gusta tu blog. Creo q tienes rzon a veces de chibolos hacemos weadas y bueno despues nos arrepentimos! yo me quedaba como tarada escribiendo para un enamorado que ya ni me acuerdo de el. Espero sigas escribiendo, besos!!!

27 de diciembre de 2007, 0:01  
Blogger Cesar Melgar. ha dicho...

[RESPUESTA]:Hola Mafer, gracias por entrar al blog y comentar (y gracias a la persona que te paso el link). A veces nos arrepentimos de algunas cosas algo sonsonas que hemos hecho. Pero te propongo algo, mejor riete de esas cosas. Saludos y un beso en el dedo pulgar de tu mano derecha.

27 de diciembre de 2007, 0:09  
Blogger Bono ha dicho...

WEBON! a ti tb te hacian vomitar esos lapiceros de colores, hahahaha woooooooooo!!!! chevreee!!!, yo escribia varias veces te amo en japones(aishiteru) y al costado ponia el nombre en japones de mi amada, hahaha xD!!!, y en las calles tb ponia mi nombre en japones y su nombre! hahaha... old times never dies!!!

HABLAMOS!

28 de diciembre de 2007, 12:38  
Blogger Cesar Melgar. ha dicho...

[RESPUESTA]: Bueno, tampoco era que vomitaba. Solo causaban ligeras arcadas. Me parece haber visto tu nombre y el de alguna joven, en cierto automovil de transporte público masivo. Cuidese.

28 de diciembre de 2007, 15:31  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Si en algún momento escribí alguna carta no lo hice con lapiceros de colores felizmente ya q a mi misma me daban nauseas :). La verdad yo no he recibido una carta de amor... pero sigo esperando jiji aunq ya no sea colegial :P. Por cierto, me hubiera encantado ver tus "coregografías de axe" jajaja. muchooos besooooos!!!

28 de diciembre de 2007, 16:33  
Blogger Cesar Melgar. ha dicho...

[RESPUESTA]: Mis coreografias y mis intentos de baileton, eran considerablemente comicos. Tengo la coreografia de "el embrujo" entre mis nuevas adquisiciones. Saludos, besos, abrazos, cariños.

28 de diciembre de 2007, 16:50  
Anonymous Anónimo ha dicho...

"...la posibilidad que tiene actualmente el “chorri” Palacios para jugar por el Real Madrid..."

Maso las probabilidades q tiene Tongo de ganar un grammy
basuuuuuuuuuura tengo mas discooooos...vamos a tocaaaar

28 de diciembre de 2007, 19:19  
Blogger Cesar Melgar. ha dicho...

[RESPUESTA]: "I have a pituca who loves me a lot..". Saludos y gracias por comentar, intento de músico.

28 de diciembre de 2007, 19:37  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio

Contadores Gratis
Contadores Web
Free counter and web stats