miércoles, 12 de diciembre de 2007

Julieta y Julieta



Usualmente cuando voy por la calle caminando, suelo fijarme en las personas que forman parte de la escena. Quizás sea una cuestión de miedo a la sorpresa, miedo al asalto. Y en esas ocasiones, he visto caminar a distintos tipos de parejas. Heterosexuales como también homosexuales. La pequeña e insignificante diferencia, es que soy poco o nada despierto para darme cuenta de las parejas de un mismo sexo. Obviamente si veo a dos hombres de la mano, intuiré fehacientemente que son amantes pasionales con algo de dulzura en el esplendor de sus dientes. Pero, si veo a dos mujeres de la mano, no tendría que deducir mediante el teorema de Descartes que, entre ellas dos practican algún jugueteo amatorio en sus ratos mas febriles o en su defecto se han jurado amor eterno.

Las chicas suelen hacer cosas así, caminan de la mano, se abrazan, se dan besos, se dicen te quiero con una facilidad increíble. Y no por eso, son lesbianas. Ahí esta lo difícil, lo complicado. Al menos para mí. Que no tengo aquel ojo de lince de algunos, que con solo mirar deducen y lanzan frases como: “esta es del otro equipo”, “esta es leca”, “patea con los dos pies”.

Las historias entre dos muchachas de un mismo sexo, suelen ser como todas las historias de amor. Algunas difíciles, complicadas y algo dolorosas. Otras, dulces, felices y algo melcochonas. Y también las netamente eróticas, sexuales y ultra pasionales.

Últimamente he tenido la oportunidad de compartir alguna conversación con una veinteañera, quien no tiene reparo alguno en manifestar que le gustan las mujeres, y bastante. Ella, a quien desde ahora llamaré J, en sus cortas dos décadas tuvo enamorados, como también enamoradas. Actualmente se encuentra en una espectacular relación con C. Con quien, si pudiera, se casaría en estos momentos. Conversábamos muy amenamente junto con mi enamorada y nos reíamos de los chistes que hacíamos. Tenemos casi la misma edad, y también casi los mismos pensamientos. Decía cada cinco minutos que extrañaba a su amorcito, decía cada seis minutos que estaba enamoradísima, decía cada siete minutos que la amaba, decía cada ocho minutos que no dejaba de pensar en ella. Nos contaba las celebraciones que propiciaron por su primer mes como enamoradas. Me pareció genial todo eso. Se le notaba con una felicidad, con una tranquilidad que contagiaba. C, quien tiene una mirada simpática y rostro algo risueño, se había involucrado profundamente en los sentimientos de J.

Pasamos de la conversación dulce y sentimental, a la conversación sexual. En la que afirmó, con orgullo y con un estilo de sustentación de tesis, que las mujeres son espectaculares en la cama. Yo, como todo un imprudente, pregunte cómo era. Y el lenguaje tan explicito con el que narró una jornada amorosa entre dos damitas, me resultó bastante interesante. No al punto de excitarme y mucho menos de sentir algún crecimiento peligroso en mis entrepiernas. Por el contrario, me resultó didáctico y amplió mis pocos conocimientos sobre este tema.

Nunca hicimos chistes sobre relaciones heterosexuales, pero sí sobre homosexuales. Aquella risa con la que manifestaba su felicidad, me hizo comprender todo. Aquellas bromas que hacía, me hizo procesar en mi poco usado cerebro, que le interesa una caigua lo que piense la gente. J, vive su historia. En alguna ocasión estuvo enamorada de un hombre, aquella Julieta buscaba a su Romeo. Aquella muchacha, en su balcón, esperaba que algún atrevido jovenzuelo pase y le prometa amor eterno. Aquella muchacha no vio hacia abajo, vio a otro balcón. Hizo caso a sus sentimientos, se enamoró. Aquella Julieta encontró a su Julieta. J y C, me enseñaron. Me mostraron y corroboraron, que dos personas de un mismo sexo, tienen derecho a quererse. Tienen derecho a amarse. Y dan por hecho que Romeo, de poco o nada interesa en sus sentimientos y no ocupa ni siquiera una minúscula parte de sus pensamientos.

Ay Julietas, sigan con su historia por favor.

[AVISO]: Espero no ofender con mi opinión a J ni a C. Y si es así, pido una suerte de disculpas anticipadas.




Fragmentos de The L word con una espectacular canción de Ray Charles.


2 comentarios:

Blogger HORZON UELES !!! ha dicho...

ayshhh, las lesbianas!!!, simplemente me encantan!!! tambien tengo una amiga q no es lesbiana, pero es bisexual, me divierto tanto conversando con ella y comparto tantos momentos gratos que simplemente cada vez q nos reunimos, poco a poco entiendo un toq mas a las mujeres!!, es recontra bueno tener amigas lesbianas y bisexuales, aprendes mucho!!!, VIVA THE L WORLD!!!

PD: todavia no la e visto pero prometo comentar cuando vea la serie entera =)

HABLAMOS!

19 de diciembre de 2007, 19:13  
Blogger Cesar Melgar. ha dicho...

[RESPUESTA]: Sinceramente no he visto toda la serie. He visto en internet algunos capitulos. Puede sonar muy de Love parade pero "Viva el amor en todas sus formas!" no?. Saludos perilleros chino

19 de diciembre de 2007, 23:36  

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